• La portavoz de Unidas por Extremadura ha denunciado que “los presupuestos de la Junta invierten más del doble en nuevos regadíos que en la modernización de los ya existentes”.
  • De Miguel se ha opuesto a la construcción de nuevos embalses: “Pueden construir más presas pero van a estar vacías debido a las sequías provocadas por la emergencia climática”.

Irene de Miguel, portavoz de Unidas por Extremadura, ha participado este lunes en la Comisión de Gestión Forestal y Mundo Rural de la Asamblea de Extremadura, donde ha preguntado a Sánchez Cordero, Director General de Infraestructuras Rurales, Patrimonio y Tauromaquia por la modernización de los regadíos.

De Miguel ha señalado también que “es un error que se separe la competencia de regadíos de agricultura”, denunciando que “los nuevos regadíos son su hoja de ruta, ya que en los presupuestos se gestiona más de 60 millones a la puesta en marcha de nuevos regadíos, cuando hace una semana se alertaba desde las Confederaciones Hidrográficas, sobre todo desde la del Guadiana, que este año la campaña también se va a ver afectada por la falta de agua, por lo que se tenían que ir preparando para regar menos”.

Por ello, le ha preguntado “si con dinero público se va a favorecer la implantación de nuevos regadíos de fondos de inversión en nuestra tierra que acaparen el agua y la tierra. No sé si es un problema que a usted le preocupa o es que no ve ningún problema”, denunciando que “el dinero en estos presupuestos que ustedes destinan a la modernización de regadíos es menos de la mitad de lo que destinan a los nuevos regadíos, precisamente lo contrario de lo que deberíamos potenciar: el mejorar la eficiencia energética y el mejor uso de agua de los regadíos ya existentes”.

Por todo ello, le ha preguntado “qué medidas van a poner en marcha para modernizar los regadíos ya existentes”.

En el turno de replica al Director General, Irene de Miguel ha denunciado que “construir más presas, con la sequía que tenemos, es tener más presas vacías”, señalando que “cuestionar el tratado de Albufeira generará un problema diplomático”. La portavoz ha continuado que “con la emergencia climática da igual que tengamos tres embalses o cuarenta, ya que seguirán secos. Los modelos predictivos nos dicen además que vamos a alterar períodos de sequía con lluvias fuertes y torrenciales, lo que vivimos el año pasado con la borrasca Efrain, que se llevó la tierra fértil de numerosas explotaciones, y la construcción de un centímetro de tierra fértil es de más de 90 años, por lo que es un drama”.

Además, ha añadido que “apostar por nuevos regadíos teniendo en cuenta los bajos precios o la falta de relevo generacional es regalarle la tierra cultivable a los fondos de inversión, los únicos que van a poder hacerle frente a las crisis que está viviendo la agricultura. Algo sumamente irresponsable”.

Por el contrario, De Miguel ha abogado “por la modernización de regadíos”, defendiendo que “es mucho más útil y urgente que invertir en nuevos regadíos”, siendo “consciente el salto cualitativo que supuso el regadío en nuestra agricultura, que permitía la fijación de población en nuestros entornos rurales”. Sin embargo, le ha preguntado al Director General “si cree que hoy mismo tiene el mismo sentido que tuvo anteriormente el regadío”. Para De Miguel la respuesta es “no y, además, hay que verlo desde una óptica más amplia, ya que el reto ambiental que suponen los nuevos regadíos, con la emergencia climática que nos atraviesa y es incuestionable, ya que, por ejemplo, esta semana vamos a tener 10 grados más de temperatura de lo que la serie histórica ha tenido hasta ahora, también tenemos el reto de carácter económico, la viabilidad de la agricultura y el regadío en particular”.

La portavoz ha alertado además de que “los regadíos que están creciendo son de cultivos leñosos, permanentes, que tradicionalmente han sido de secano, lo que supone una menor unidad de riego pero al mismo tiempo exigen más garantía de riego por su carácter de cultivos permanentes, lo que les hace más vulnerables a los años de escasez de recursos hídricos. Por eso, prioritariamente las dotaciones de riego se dan a los cultivos permanentes, aunque estén la mayoría en manos de los fondos de inversión y dejemos sin agua a las familias agricultoras del tomate, el maíz o el arroz”.

Por todo ello, ha instado a la Junta “a hacer un mayor esfuerzo en la modernización de regadíos, ya que es una oportunidad para mejorar la rentabilidad de las explotaciones familiares, si con ello se permite avanzar en la reorientación hacia los cultivos con mayor futuro en el marco de la Política Agraria Común: con mayor demanda de mercado, productos de calidad, mayor margen económico y que maximice el empleo disponible. O se ponen serios con más financiación o la agricultura familiar tiene los días contados” ha dicho.

Además, ha defendido que “la modernización aumenta considerablemente el margen de maniobra del agricultor para poder diversificar en su propia explotación e implementar estrategias productivas que se adapten al mercado”, denunciando que “la modernización de regadíos en Extremadura está aún en pañales. Por ejemplo, tenemos el canal de Orellana con pérdidas de agua escandalosas, mientras ustedes afirman que el problema es que Portugal nos roba el agua cuando estamos perdiendo miles de litros en nuestras redes primarias”. A esto ha añadido que “se obliga al agricultor a tener en su propia explotación su balsa de captación, con su motor de riego, con sus placas fotovoltaicas o motor, por lo que al final quien gana ahí es la empresa que monta eso, no ganan los agricultores”, y que “hay que mirar más al suelo que al cielo en ver cómo aumentar la capacidad de retención de agua, en cómo ver que nuestros suelos son esponjas, como se ha hecho en otros países con experiencias de agriculturas regenerativas que han aumentado las producciones mirando hacia el suelo. Necesitamos sembrar agua”.

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