De Miguel alerta: “El nuevo regadío en Tierra de Barros llevaría dos campañas sin tener agua”

  • La portavoz de Unidas por Extremadura ha desmontado “los mantras del nuevo regadío de Tierra de Barros defendidos por el PSOE y por el Gobierno de la Junta actual” en la Comisión de Gestión Forestal y Mundo Rural.
  • De Miguel ha apostado por “invertir los millones del nuevo regadío en investigación y desarrollo, en crear almazaras e industrias de transformación, o en impulsar la comercialización con nuevas marcas de calidad y nichos comerciales”.

Irene de Miguel, portavoz de Unidas por Extremadura, ha intervenido este miércoles en la Comisión de Gestión Forestal y Mundo Rural, para preguntarle al nuevo gobierno de la Junta “cuál es el planteamiento que desde la Consejería se va a implementar respecto al proyecto de regadío de Tierra de Barros”, concretamente a José María Sánchez, director general de Infraestructuras Rurales, Patrimonio y Tauromaquia.

De Miguel ha comenzado destacando que “ustedes, como tanto el Partido Socialista, están de acuerdo en este proyecto”, alertando de que se trata de “un proyecto con mucha incertidumbre que va generar más inestabilidad en el sector primario”. Y es que según ha explicado “el regadío en Tierra de Barros llevaría dos años sin poder coger agua. Los regantes llevarían dos campañas sin poder regar. Esto es una verdad confirmada por la Confederación Hidrográfica del Guadiana”, sentenciando que “el agua del pantano de Alange solo se puede utilizar para abastecimiento humano a día de hoy”. Por ello, le ha pedido a la Junta “que sean sinceros y honestos con los regantes y decirles cómo les va a afectar que vayan a afrontar inversiones millonarias en un regadío donde las dotaciones de riego no están garantizadas”.

Irene de Miguel ha alertado que “les van a abocar a los regantes a un callejón sin salida cuando vean que es imposible amortizar las inversiones y que con este panorama no hay relevo generacional que valga”. Además, ha añadido que “ustedes con estos proyectos insostenibles ponen en peligro la agricultura familia. Los que se harán con la tierra y las dotaciones de riego serán los fondos de inversión, muchos de ellos, extranjeros”.

En este sentido, ha contestado “al mantra de que los regadíos solucionarán los problemas del campo: habrá más millones de litros de vino que destilar en Tierra de Barros; o el regadío no solucionará que los olivareros cobren un precio más justo por parte de los industriales”.

Irene de Miguel ha continuado su exposición defendiendo que “los regadíos ya no fijan población: estamos perdiendo población en las Vegas del Guadiana, que es eminentemente tierra de regadío. Estamos viendo que cuando se jubilan los regantes no le dejan las tierras a sus hijos, sino que se las venden a los fondos de inversión”.

Por todo ello, la portavoz ha defendido que “nosotras desde Unidas por Extremadura creemos, ante el contexto actual de cambio climático, que regadíos como el que se plantea en Tierra de Barros son una temeridad y un engaño para los regantes, y ponen en peligro el abastecimiento humano de muchos municipios”. En contraposición a este proyecto, De Miguel ha apostado “por una agricultura sostenible, rentable y en manos de las familias agricultoras”.

Por ello, ha propuesto “que las inversiones millonarias que se van a destinar a regadío en Tierra de Barros se inviertan en investigación y desarrollo para adaptar mejor nuestros cultivos de secano al cambio climático; crear almazaras e industrias de transformación; o impulsar la comercialización con nuevas marcas de calidad y nichos comerciales”.

Irene de Miguel le ha echado en cara a la Junta que “ustedes que son unos negacionistas del cambio climático: creen que se puede seguir produciendo como si nada hubiera cambiado y aplicando recetas del siglo pasado”. Por ello, ha afirmado que “el cambio climático lo cambia todo”, y ha apostado por “modelos de producción y consumo radicalmente distintos si queremos dejar un planeta mínimamente habitable para las futuras generaciones”.

De Miguel ha finalizado planteándole varias preguntas al director general: “¿Le parece un grave riesgo que en el estudio de impacto ambiental se diga que este proyecto solo será viable si se mantienen las ayudas de la PAC? ¿Pueden ustedes garantizar que esas ayudas durarán, como mínimo, 20 años más? ¿Qué pasará en las campañas en las que no se pueda regar? ¿Cuánto ha aumentado la inversión por hectárea en los últimos años con respecto al proyecto inicial? ¿Será sostenible con la PAC actual con el aumento de los costes actuales? ¿Pueden garantizar ustedes que no van a poner en riesgo el consumo humano de las 80.000 personas que se abastecen del pantano de Alange? ¿Van a ponerle alfombra roja a los fondos de inversión con proyectos como este?”.

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