- La portavoz de Unidas por Extremadura ha alertado que este acuerdo perjudicará al sector ganadero y agricultor de Extremadura y a los consumidores.
- De Miguel ha criticado que el resto de formaciones “con el rechazo a esta propuesta defienden las decisiones de los burócratas de Bruselas y de los grandes lobbies de las grandes multinacionales condenando al tejido económico de nuestra tierra”.
Unidas por Extremadura ha presentado en la Asamblea una propuesta de impulso para que “Extremadura alce la voz contra el tratado de Mercosur por ser lesivo para nuestra tierra”.
Irene de Miguel ha afirmado ante los representantes de las diferentes formaciones del arco parlamentario que le “gustaría que ante estos tratados mostraran una defensa férrea de los intereses de nuestra tierra y de los sectores afectados y que esta disconformidad con los acuerdos firmados fuera contundente y unánime”.
Unos acuerdos comerciales que, además, según ha señalado “pecan siempre de negociarse bajo una abrumadora opacidad y sin ningún tipo de participación ciudadana ni por supuesto de los sectores que finalmente van a verse afectados. Una falta de transparencia propia de tratados militares y no de tratados comerciales”.
Y es que la portavoz ha denunciado en el Pleno que “el impacto en nuestro sector alimentario va a ser absoluto y con consecuencias dramáticas”, argumentando que “vivimos actualmente una crisis de precios en el conjunto del sector primario y estos tratados no vienen más que a dar la puntilla final a algunos sectores que ya parecen estar heridos de muerte”, poniendo de ejemplo a los sectores de la miel, el azúcar, las aves de corral, el porcino, el vacuno y los cítricos.
Con respecto al sector de la miel, De Miguel ha ejemplificado que “es más que evidente que eliminar el actual arancel del 17,3% a un cupo de 45.000 toneladas es de facto permitir que todo lo que está llegando en la actualidad, que son 35.000 toneladas, se haga a un menor precio y hunda aún más al sector”.
Además, Irene de Miguel ha advertido que también perjudicará a los consumidores extremeños: “Preparémonos para asumir que nuestra comida contendrá antibióticos, higienizantes y desinfectantes para las carnes, organismos modificados genéticamente, sustancias como la raptopamina (un promotor de engorde) y sustancias prohibidas hasta la fecha en Europa por su inseguridad. Armonizar las normas obviamente a la baja como permitir modelos de producción diferentes hace que salgamos como sociedad perjudicados”, recordando que “no se van a respetar los estándares ambientales, laborales y de salud”, algo que provocará también “que exista una tremenda competencia desleal que hundirá a nuestras producciones”.
Todo ello, también afectará a las denominaciones de calidad ya que “el reconocimiento y protección de estas marcas es muy parcial”, y a que “todos los compromisos ambientales que ha firmado la UE para intentar atajar la emergencia climática quedarán en papel mojado si intensificamos el comercio transatlántico”.
Por todo ello, Irene de Miguel ha finalizado su intervención sentenciando que “debería ser inasumible por cualquier responsable político extremeño el ponerse del lado de acuerdos comerciales que benefician a países lejanos y por contra perjudican a nuestros agricultores y ganaderos”, afirmando que con el rechazo a esta propuesta de impulso por parte del resto de grupos éstos “defienden las decisiones de los burócratas de Bruselas y de los grandes lobbies de las grandes multinacionales condenando al tejido económico de nuestra tierra”.