- La portavoz, Irene de Miguel, asegura que esa planta podría instalarse en otras zonas del mismo municipio para evitar los malos olores y los gases tóxicos que afectarán a la ciudadanía
- “Las otras ubicaciones exigen a la empresa un poco más de inversión porque no están encima del gaseoducto”, ha asegurado De Miguel, quien también ha recordado que dicha empresa solo cuenta con un capital social de 3.000 euros
Unidas por Extremadura exige un cambio de ubicación de la planta de biogás de Oliva de Plasencia “para evitar los perjuicios y problemas para la ciudadanía que genera una planta como esta por los malos olores y los gases tóxicos”. La portavoz del grupo, Irene de Miguel, ha realizado esta petición al director general de Sostenibilidad del gobierno de María Guardiola en la Comisión de Gestión Forestal celebrada este miércoles en la Asamblea.
De Miguel le ha recordado que existe una oposición “absoluta y total” por parte de los vecinos y vecinas a la instalación de esta planta, “y es que, ahora que se están recogiendo alegaciones, en un pueblo de 300 habitantes, ya se han contabilizado más de 1.500”.
“Sin embargo, -ha continuado- sabemos que estas alegaciones a ustedes les importan poco, como tampoco les importaron las 30.000 que se recogieron contra la mina de Cáceres o las 12.000 firmas contra los proyectos mineros de la Sierra de Gata que ustedes concedieron con agosticidad y alevosía”.
La portavoz ha desgranado que una planta de biogás como la proyectada en Oliva de Plasencia generará malos olores y bacterias tóxicas que atentarán contra la calidad de vida y a la salud de los vecinos y vecinas del municipio. “Tenemos casos de esas bacterias como cuando en Alemania, en 2011, hubo una pandemia de escherichia coli que provocó muertes humanas”, ha asegurado. “A esto hay que añadir los efectos del transporte de la materia prima porque estamos hablando de un pueblo que no tiene circunvalación, con lo cual, los camiones de gran tonelaje van a tener que atravesar frecuentemente Oliva de Plasencia”.
Además de todas esta razones, la líder de Unidas por Extremadura ha recordado que la planta de biogás también afectará a la sostenibilidad y al medio ambiente en un municipio que está declarado como zona de especial interés para aves, y que además el lugar donde se proyecta la planta es área protegida de nidificación. “El fanatismo ecologista salva vidas, el talibanismo desarrollista las destruye”, le ha dicho De Miguel al director general.
Por todo ello, la portavoz de Unidas por Extremadura ha insistido en que la planta cambie de ubicación y se instale en otra zona del mismo municipio para que no produzca ningún tipo de afectación a la ciudadanía ni a la sostenibilidad, “pero esas otras ubicaciones exigen a la empresa un poco más de inversión porque no están precisamente sobre el gaseoducto”. “Sin embargo, -ha continuado- nos encontramos con una empresa que tiene un capital social de 3.000 euros, con los que difícilmente puede hacer frente a inversiones y sanciones”.
